TIERRAS MALHABIDAS HISTORICAS Y ACTUALES

Radio TV
By Radio TV octubre 31, 2011 13:31

Por Mirta Barreto

Una aproximación a la realidad paraguaya y a la campesina en particular, obliga a remitirse a los antecedentes históricos que marcaron la inequidad en la distribución y tenencia de la tierra, convirtiendo al  Paraguay en uno de los países con mayor concentración de tierra en el mundo, por tanto, con mayor inequidad en su acceso.

El gobierno del Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia construyó para el estado paraguayo un extraordinario patrimonio territorial conformado con tierras recuperadas del poder español y de la Iglesia Católica, parte de las cuales sirvieron para la construcción de las famosas “estancias de la patria”. El Paraguay inició así una extraordinaria experiencia de reforma agraria permitiendo a la mayoría de la población paraguaya acceder a la tierra y trabajarla.

Con el fin de la Guerra de la Triple Alianza se iniciaba el proceso que acabaría con el patrimonio inmobiliario fiscal, en el marco de las leyes de ventas de tierras públicas (1883/1885) promulgadas por el General Bernardino Caballero, con el objetivo de pagar las deudas de la guerra. Tales leyes promovieron eficientemente la constitución de los grandes latifundios dejando expresa constancia de que “la ley no contempla la situación de los agricultores  que necesitan plazos para el pago del precio de sus tierras”

Hacia finales del siglo XIX, surgieron en el Paraguay los grandes latifundios. La mayoría de ellos propiedad de capitalistas extranjeros con fines especulativos. A principios del siglo XX “once compradores de más de 100.000 Has. se convertían en el Paraguay Oriental, en propietarios de 5.548.448 Has…(un promedio de 504.404 Has. por cada comprador) y 1.119 compradores obtuvieron 9.961.319 has”… (un promedio de 8.901 Has. por cada comprador) arrojando como resultado un total de 15.509.767 has”. A modo de ejemplo puede señalarse el caso de Carlos Casado del Alisal quien llegó a adquirir 3.000 leguas cuadradas del Chaco Paraguayo, equivalente a unas 5.625.000 Has. Gran parte de este territorio fue adquirido a través de intermediarios quienes 18 días después transfirieron a Carlos Casado. En muchos de estos casos no existe constancia de pago al Estado. Carlos Pastore remite como una de las causas de la situación del Paraguay “la conquista por el capital internacional de las fuentes de su riqueza colectiva”. Por su parte Oscar Creydt señala que “…el país perdió su independencia económica y política …el estado nacional fue destruido y remplazado por el poder de los grandes estancieros y de los agentes del capital extranjero…”

Señalaba un siglo atrás el pensador español Rafael Barret con una contundencia tan extraordinaria como actual  que “fue aquella una época interesante de venta y arriendo de tierra y de compra de agrimensores y jueces”.

Los sucesivos gobiernos, posteriores a 1870 –autoritarios en su mayoría- siguieron  entregando tierras públicas de manera fraudulenta. Debe señalarse el intento revolucionario de 1936, cuya Proclama del Ejército Libertador” de 1936, sentaba una clara posición contra “los agentes comprometidos con los patrones extranjeros” El intento revolucionario no pudo consolidarse y duró menos de un año en el gobierno, frustrándose la posibilidad de realizar cambios profundos de nivel nacional y en sentido inverso a lo iniciado en 1870.

Si bien la concentración de tierra en pocas manos data de mucho antes del stronismo, la entrega fraudulenta de tierra es generalizada y pasa a ser parte de la construcción de un poder político y de un régimen prebendario con la dictadura de Alfredo Stroessner.  A modo de ejemplo se señala que el ascenso de los militares era premiado con tierras públicas; criminales internacionales como el dictador nicaragüense Anastacio Somoza, figura entre los beneficiarios de la “reforma agraria stronista”; políticos del entorno y en general, los leales y aduladores del régimen fueron premiados con tierras públicas. La Comisión de Verdad y Justicia (CVJ), conformada para investigar y registrar casos de violación de derechos humanos señala en su documento INFORME DE TIERRAS RURALES MALHABIDAS EN PARAGUAY que “7.851.295 hectáreas han sido adjudicadas con graves irregularidades a la legislación agraria”. Las modalidades para el fraude fueron diversas y pasaron desde los desalojos forzosos, las amenazas de todo tipo y las tentadoras ofertas de dinero.

Por primera vez, en el gobierno del Presidente Lugo, se realiza un intento por recuperar parte de las tierras que le fueran robadas al Estado Paraguayo. El caso Ñacunday es el claro ejemplo de que la recuperación de tierras mal habidas, en las condiciones actuales, es un objetivo prácticamente imposible. El simple intento de realizar la mensura y contrastarla con los títulos es resistido por los sectores latifundistas y sus operadores en los distintos niveles del poder político, incluso con amenazas de guerra civil. A quién puede perjudicar la mensura y la revisión de los títulos? La respuesta es más que obvia: a quienes accedieron a las tierras de manera fraudulenta.

BIBLIOGRAFIA

La Lucha por la Tierra en el Paraguay – Carlos Pastore

Tierras Mal Habidas – Mirta Barreto

La Lucha por la Tierra en Defensa de la Vida – Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP)

Revista Paraguaya de Sociología

Archivo del Centro de Servicios y Estudios Rurales (CSER)

Formación Histórica de la Nación Paraguaya – Oscar Creydt

La Concentración de la Tierra en los Departamentos Fronterizos – Ramón Foguel-Comité de Iglesias

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