El «Cartes» Ucraniano también habla en la ONU de lucha contra la pobreza.

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By Radio TV octubre 13, 2015 07:40

El «Cartes» Ucraniano también habla en la ONU de lucha contra la pobreza.

En un artículo publicado en el sitio Slavyangrad.es  analiza el discurso del Presidente de Ucrania, Petro Poroschenko, ante la ONU donde se resalta que habló de la lucha contra la pobreza, la tuberculosis y el problema de la «Agresión rusa» que es como llama a la Anexión de Crimea a la República Federativa Rusa y al levantamiento popular en el sudeste ucraniano en contra del gobierno declarado «nazifascista» que originó la formación de las Repúblicas Populares de Luganks y Donetsk. Este Presidente Ucraniano ordena bombardear áreas civiles, hospitales, guarderías, escuelas y buses a batallones Neonazis, con el fin de recuperar el control del sudeste ucraniano y generar pánico en las poblaciones que resisten en medio de la guerra, el hambre y una atroz guerra económica.

En el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente de Ucrania Petro Poroshenko intervino en la cumbre sobre desarrollo sostenible. El discurso del líder de Maidan estuvo tan apartado de la realidad que el jefe de la delegación rusa, Vitaly Churkin, presente en la sesión, abandonó la sala. La actitud del representante permanente de Rusia en la ONU es comprensible: en lugar de hablar sobre el tema de la cumbre, frases como “agresión rusa” o “guerra contra Rusia” resonaban constantemente en las palabras de Poroshenko. El hecho de que el presidente ucraniano hablara sobre economía y desarrollo en su país causó también cierta sorpresa.

Solo el escaso interés de los principales medios de comunicación occidentales evitó que el presidente de Ucrania quedara en evidencia ante la comunidad internacional. Las reacciones de la prensa y la televisión ante el discurso de Poroshenko fueron mínimas. De lo contrario, incluso los periodistas occidentales se habrían visto forzados a comentar las discrepancias entre las palabras de Poroshenko y la dura realidad ucraniana.

Para hablar de sus éxitos, el dueño de las fábricas Roshen presentó una serie de datos verdaderamente fantásticos. “Me gustaría insistir en lo que hemos conseguido: reducir una tercera parte los niveles de pobreza (aunque debido a la agresión rusa, esperamos que estas figuras disminuyan); mejorar el sistema de salud infantil; reducir a la mitad la mortalidad infantil; reducir la incidencia del VIH; progresar en la lucha contra la tuberculosis”, afirmó Poroshenko en la ONU.

Todo sonaba perfecto, salvo que los datos contradicen cada una de sus palabras. A finales de abril de 2015, la ministra de Finanzas de Ucrania, Natalie Jaresko, admitió que los niveles de pobreza en Ucrania habían crecido un 30%, mientras que los ingresos reales de la población se habían reducido un 10%. Las encuestas de opinión revelan que el 75% de los ucranianos califican su situación económica como por debajo de la media. El ministerio de Desarrollo Económico de Ucrania estimó que el PIB se ha reducido en un 16,3% en la primera mitad de 2015.

¿A qué reducción de la pobreza se refiere Poroshenko? Si se mira atentamente, el presidente ucraniano no mentía completamente. Al dar detalles sobre el “gran éxito” de Ucrania simplemente se refería  al progreso logrado en los últimos quince años. En los años de independencia, entre el año 2000 y 2013, Ucrania logró reducir la tasa de pobreza desde el 71,2% al 22,1%. Entre 2013 y mediados de 2015, sin embargo, este indicador aumentó hasta el 33%.

Lo mismo se puede decir de otros ejemplos planteados por Poroshenko. Desde el año 2000, la tasa de mortalidad de Ucrania se ha reducido progresivamente. Pero en el periodo entre julio de 2014 y julio de 2015, según la Oficina de Estadísticas de Ucrania, la tasa de mortalidad ha aumentado un 14,7%. Comparada con el año anterior, la población ucraniana ha disminuido en 164.800 personas. Todo ello sin tener en cuenta a Donbass, que no está bajo control de Kiev.

Las palabras de Poroshenko en relación a la lucha contra el SIDA y la tuberculosis sonaron especialmente cínicas. Desde el año 2005, la tasa de contagio del VIH se ha había moderado su ascenso y en 2012, por primera vez en la historia de Ucrania, se redujo: la tasa era inferior a la de 2011. Sin embargo, a causa de los recortes en los programas de lucha contra el SIDA de 2013-2014, la tasa volvió a aumentar a ritmo de epidemia según la asociación Anti-SIDA. En febrero de 2013 había 1815 nuevos casos, mientras que en febrero de 2015, 1968.

En cuanto a la tuberculosis, las epidemias de esta enfermedad han sido continuas en Ucrania desde 1995. Pero si en el año 2000 los datos de mortalidad comenzaron a mejorar, la situación actual vuelve a ser preocupante. Según Andrei Kondratyev, jefe de los Servicios de Epidemiología del Estado en la región de Dnepropetrovsk, el país experimenta, desde hace dos años, grandes problemas con las vacunas contra el virus. Concretamente, la región de Dnepropetrovsk recibió únicamente entre el 5-10% de la cantidad de vacunas necesaria debido a que el suministro de vacunas de Rusia fue interrumpido. Por primera vez en muchos años, se han producido casos de polio entre los niños de Ucrania.

Resulta que los regímenes “dictatoriales” de Leonid Kuchma y Viktor Yanukovich vieron los éxitos mencionados por Poroshenko, mientras que el nuevo Gobierno “democrático” ha producido un catastrófico declive en índices importantes.

Poroshenko dispone de la respuesta universal para todas las preguntas: culpar a la “agresión rusa”. Según el presidente ucraniano, cada día de la “guerra” (aún no declarada) supone un gasto de cinco millones de dólares. El presidente de Maidan no precisó por qué las autoridades ucranianas no paran la guerra contra su propio pueblo.

“Poroshenko se las arregló para intervenir justo antes que el ministro de Asuntos Exteriores ruso Sergei Lavrov”, afirmó el doctor en ciencias políticas Alexander Dudchak. “En cuanto a la reducción de la pobreza, Poroshenko solo puede afirmarlo ante quienes no han vivido o visitado Ucrania en los últimos dos años. Porque la diferencia entre el antes y después es obvia para cualquiera. ¿Cómo puede haberse reducido la pobreza si los salarios y pensiones se han congelado mientras que los precios de absolutamente todos los productos se han multiplicado? Se ha dado orden de aumentar los precios de los servicios básicos. El valor de la moneda nacional se ha quedado en la tercera parte”.

Como ya es tradición, Poroshenko cargó inmediatamente todos los problemas sobre Rusia. Según el presidente, es perfecto, pero la “agresión rusa” ha impedido que se vea. Hemos mejorado, pero ya no se nota por culpa de Rusia; no es culpa nuestra si no lo han notado. Es mejor en estos trucos que David Copperfield.

“En cuanto a la reducción de la mortalidad infantil, aparentemente Poroshenko no incluyó los datos de los niños que han muerto en Donbass, que ya no considera parte de Ucrania. En ese caso, debería haber admitido que no considera Donbass parte de su territorio. Pero incluso si se tiene en cuenta únicamente la parte controlada por Kiev, ¿de qué reducción en la mortalidad infantil se puede hablar si solo en la región de Dnepropetrovsk las muertes de neonatos  han aumentado un 60% por el cierre de hospitales de maternidad a causa de las “reformas”? Ahora las ambulancias han de transportar a las embarazadas a una mayor distancia, en ocasiones no se llega al hospital a tiempo. “Los números de Poroshenko parecen caídos del cielo. Pero las Naciones Unidas pueden darlos por buenos porque nadie va a verificarlos. Se puede decir lo que sea desde la tribuna de la ONU, nadie va a rebatir esos argumentos ni va a discutir con él”.

SP: ¿Cómo percibe la comunidad internacional las afirmaciones de Poroshenko?

“No es posible hablar de la comunidad internacional como algo homogéneo. Incluso en países de la Unión Europea o en Estados Unidos, el público no mantiene una única postura en relación a los presidentes de Ucrania o de Rusia. Aparentemente, las palabras de Poroshenko estaban dirigidas a quienes le consideran “nuestro hijo de puta”, como el senador McCain y otros como él.

“Pero el establishment occidental comienza a cambiar de opinión lentamente. Varios diputados de distintos países europeos  han visitado Crimea.  De esa forma pueden tener su propia opinión de lo que pasa allí realmente. No es probable que las declaraciones les afecten. Poroshenko no tiene otra opción más que continuar con su línea de acusar a Rusia de agresión. Si no, tendrá que justificar los crímenes que ha cometido. Tendría que dimitir, soportar un juicio o persistir en su retórica. Evidentemente, elegirá la última opción siempre que haya quienes la toleran. Estados Unidos escucha en silencio las historias que Poroshenko cuenta en la tribuna de las Naciones Unidas.

Se han producido numerosos discursos inapropiados en la ONU. Algunos han llegado a exigir en repetidas ocasiones el bombardeo de estados soberanos. Pero si la ONU actúa contra los deseos de Estados Unidos, Washington simplemente ignora a la organización. Así que no hay que entender la tribuna de los Estados Unidos como un lugar en el que no se permite contar historias. Algunas veces está permitido”.

SP: ¿Y la población ucraniana no ve las contradicciones en las palabras de su presidente?

“Por desgracia, nadie ha pedido su opinión al pueblo ucraniano. Se supone que esa opinión tiene voz en los canales ucranianos y que difiere en algunos detalles. Al encontrarse en un vacío informativo y escuchando constantemente noticias sobre la agresión rusa, la percepción de muchos está cambiando. Existe un problema de disonancia cognitiva cuando una persona se resiste durante mucho tiempo a lo que oye, pero al final acaba por aceptarlo. Al menos para no experimentar una lucha interior.

La mayor parte de la población ucraniana asiente en silencio y consiente, porque no tienen otra opción. O tienen que estar en constante conflicto consigo mismos, aguantando de la mañana a la noche, o aceptarlo todo. No creo que la población vaya a protestar. Incluso si lo hacen, por ejemplo cuando no tengan cómo pagar las facturas, Ucrania dispone de bien desarrolladas técnicas de represión de la conciencia social como la presión psicológica y física”.

“Poroshenko puede decir lo que desee en las Naciones Unidas, ya que se observa sin gran interés por parte de la comunidad internacional” dice Stanislav Bychok, analista político de la Organización de Monitorización Electoral de la Confederación de Estados Independientes. “La principal función del conflicto ucraniano es la contención de Rusia. Así que los políticos y la prensa occidental no cuestionarán las palabras de Poroshenko, sean las que sean. Aunque cuente mentiras o se adjudique los éxitos de regímenes anteriores que acusaba de ser dictatoriales.

Debemos comprender que las palabras de Poroshenko en las Naciones Unidas no añaden nada. Durante su discurso, todos esperaban el discurso de Putin y su reunión con Obama. El discurso de Poroshenko necesitaba insistir en el papel negativo de Rusia en los hechos de Ucrania, para culpar a Moscú y presentarse a sí mismo como un poder democrático que derrocó al régimen de Yanukovich y que ha conseguido algo.

Así que, en primer lugar, nadie se toma en serio a Poroshenko. En segundo lugar, nadie va a cuestionar sus palabras. Y en tercer lugar, nadie las considera de especial valor o piensa que sean merecedoras de discusión. Está claro que las palabras de Poroshenko únicamente se discutirán seriamente en dos países: Rusia y Ucrania. El resto del mundo no informará de ese discurso, ni lo refutará. De hecho, puede decir lo que quiera”.

SP: ¿Cómo recibieron los representantes de la comunidad internacional las palabras de Poroshenko sobre la “agresión rusa”?

“El mundo se enfrenta a un gran número de problemas serios a lo que ha de prestar atención. Esto incluye el ascenso de grupos terroristas como el “Estado Islámico” y, relacionado con ello, el flujo de refugiados hacia Europa. Por otra parte los líderes occidentales comprenden que es imposible solucionar esos problemas sin la ayuda de Rusia. Pero también están comprometidos para impedir que Rusia aumente su influencia, también en el espacio post-soviético y Ucrania. Por eso, por una parte invitan a Rusia a luchar junto a ellos contra el terrorismo islamista y, por otra parte, acusan a Moscú del mismo terrorismo, no islamista, sino de terrorismo de Estado, en relación a Ucrania”.

SP: ¿No les molesta esa contradicción? ¿Cómo se puede cooperar con alguien a quien acusan de agresión?

“El hecho es que hay expertos y hay “expertos”. Hay expertos occidentales que comprenden el verdadero estado de la cuestión e incluso hablan sobre ello. También están los que están entrenados para odiar a Rusia y que confirmarán cualquier afirmación de Poroshenko. El problema no es que no haya buenos expertos en Occidente. Los hay, pero no siempre tienen la ocasión de intervenir en televisión. Hay tiempo disponible para aquellos que dan voz a los puntos de vista favorables a las élites de Occidente y para preparar a la sociedad para sanciones anti-rusas y acciones similares. Es cuestión de política de Estado, gracias a la cual podemos leer y ver a gente muy extraña que habla para modelar la opinión pública”.

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