NAVIDAD, EN CLAVE POLÍTICA
Ya han pasado dos mil años desde que Dios ha habitado entre nosotros, naciendo como un niño pobre excluido y marginado, como uno de esos niños de padres sin tierra y sin techo, o como uno de esos niños indígenas de nuestras plazas de nuestro Paraguay.
Este tiempo debiera conducirnos a la reflexión, Navidad no debiera simplemente evocarnos las luces artificiales, sino llenarnos de luces interiores que procede de ese lenguaje factual de un niño que nace en la periferia de la ciudad, “porque no había lugar para ellos en la ciudad”.
Navidad debiera ser el día de los sin techos, los que no tienen tierra donde traer a sus hijos, esa tierra tan indispensables para arrancarle el sustento para la familia. La tierra en realidad no nos pertenece, nosotros pertenecemos a la tierra, la tierra no es obra del hombre, por eso no se puede disponer de ella excluyendo a”los otros”. Dios no entregó la tierra en propiedad privada, los salmos cantan que la tierra, el aire y el mar pertenecen a Dios, por eso nadie debiera adueñarse de ella, porque está destinada como un bien social. Quienes se molestan por las tomas de tierra de los campesinos debieran primero analizar porque se produce las invasiones, y segundo quienes son realmente los invasores y tercero, reaccionar frente aquellos que se apropian indebidamente de la tierra privando a otros de su uso.
Navidad nos puede iluminar para hacernos entender los signos de nuestro tiempo para este nuestro país de tantos contrastes de pobreza y riqueza. ¿Qué nos dice Dios mediante el signo de nacer en un pesebre? ¿Qué significado damos a los animales entorno al pesebre? Y la llegada de los tres Reyes, pertenecientes a tres razas diferentes y venidas de “afuera”, ¿tiene un mensaje, o es simple decoración? ¡A Él le negaron un lugar en la ciudad, pero les acogen los animales en su establo1
El Evangelio de Navidad, termina en dos hechos dramáticos y dolorosos, que bien puede hablarse de nuestra realidad hoy: la persecución de la policía herodiana causante de la muerte de los inocentes, y el exilio de la Sagrada familia de Nazaret a Egipto. Todo el mensaje en torno a Navidad es una fuerte crítica a los instalados en el poder económico o político, a los que estamos instalados en nuestra pequeña parcela de bienestar que nos impide ver y acudir ante la realidad de la marginación y la exclusión que nos sofoca, y por ser nos tan cercano nos vuelve indiferentes e insensibles. ¡Feliz Navidad para todos los que dejan de reprimir a los sin techos y sin tierras, y buscan construir este país en la justicia y con la verdad!
Pero Navidad no es sólo denuncia, es también anuncio de nuevos tiempos. Como en Belén, somos hoy convocados a acudir y actuar ante la marginación de tantos seres humanos. En aquel entonces, son los pobres pastores quienes acuden y se hacen presente con sus regalos. Es una invitación para que los pobres sean solidarios entre sí, y no se dejen comprar por los que quieren su muerte como Herodes, celoso de su poder.
Es un desafío a los ricos, a poner a disposición de los pobres sus riquezas, no como limosna sino como un proyecto que cubra toda la vida: “oro, incienso y mirra” fue lo que los Reyes depositaron ante la “carpa” donde estaba el Niño, envuelto en pañales. (El texto Bíblico refiriéndose a Jesús dice y “puso su tienda en medio de nosotros” como hoy los “carperos” aquí en Paraguay). En efecto el oro es símbolo del poder económico, el incienso del bienestar, y la mirra, es el signo de que la nueva realidad del pobre debe durar hasta más allá de la muerte, es decir el cambio debe ser permanente, definitivo. ¡Feliz Navidad para todos los que trabajan por un cambio definitivo en Paraguay! Nuestro país necesita de cambios radicales, no remiendos, para erradicar la miseria.
Finalmente, Navidad nos llama a la Esperanza, los pesimista dirían que fue todo un fracaso, ya que el mal todavía azota a gran parte de la humanidad. Toda la vida de Jesús fue un aparente fracaso, terminó en la cruz escarnio para los judíos y escándalos para los griegos, pero para los creen esperanza de victoria.
El proyecto de liberación anunciado por María y ratificada por Jesús, cae en realidad sobre nuestra conciencia de seguidores de Jesús. FELIZ NAVIDAD Y AÑO NUEVO, AFIANZANDO LOS NUEVOS TIEMPOS DEL PRARAGUAY.
Lidio Domínguez