Mientras en Francia condenan a Monsanto por intoxicación en Paraguay la justicia es cómplice del Agronegocio

En Paraguay la justicia no solo hace la vista gorda a los abusos del agronegocio y sus graves violaciones de derechos humanos sino que ampara a los que atentan contra la vida y la salud de las familias campesinas. Paul François llevó ante los tribunales al gigante biotecnológico estadounidense después de que la inhalación de los gases procedentes de su pesticida “lasso” le dejaran temporalmente en coma en 2004. Además, le provocaron problemas neurológicos y una amnesia de la que todavía tiene secuelas. Ahora que la justicia le ha dado la razón, se siente satisfecho: “Hemos demostrado que la compañía sabía muy bien, y desde hace mucho tiempo, que había un problema en este producto. Que era peligroso. Olvidó que los agricultores son sus clientes. Vimos la consideración que tenía hacia sus clientes. Pueden envenenar a sus clientes y seguir obteniendo beneficios. No importa, si se puede seguir vendiendo el producto”.

Él asegura que la composición de la sustancia y su peligrosidad no estaban correctamente indicadas en la etiqueta. El “Lasso” se prohibió en Francia en 2007, siguiendo una directiva europea. Este histórico veredicto puede sentar jurisprudencia y dar peso a otras reclamaciones contra los plaguicidas.