Xenofobia contra las mujeres paraguayas del Ñacunday‏

En el día de la Mujer paraguaya

Xenofobia contra las mujeres paraguayas del Ñacunday

 El sol va ganando a la noche en Ñacunday, la madrugada gris va dando paso a una mañana que presagia un dia caluroso. Amanece en Ñacunday. Ella bajo las carpas mira el horizonte casi ya sin fuerzas, pero con la esperanza en su lucha. No hay para el desayuno, sus hijos la miran tristes porque hoy para ella no ha llegado el día de la mujer paraguaya. Ella no tiene día ni derechos.  Heredera heroica de las residentas las llamadas carperas viven su propia guerra contra el hambre, la miseria y la discriminación de la xenofobia creciente hacia ellas que alimentan los medios y  una minoría dominante del agronegocio.

 En el día de la Mujer paraguaya va nuestro homenaje a todas las que luchan  ayer, hoy, mañana   y siempre  a favor de la soberanía paraguaya. Para las mujeres “Carperas” como las llaman del  Ñacunday hoy es un día como cualquier otro,  luego de 13 años de lucha las mujeres de Ñacunday siguen  sufriendo graves violaciones a sus derechos humanos,  sin presente ni futuro,  discriminadas, excluidas, viven como extranjeras en su propia tierra.

Arrinconadas en el olvido viven rodeadas de soja como en una isla del Paraguay feudal. En el Estado de Favero las mujeres paraguayas son las principales víctimas del Señor Feudal y sus capangas. Sin tierras, marginadas, sufren en carne propia la xenofobia de los extranjeros y una minoría de terratenientes paraguayos que las explotan.

Tiene que dar de comer a sus hijos y el pan no brota  bajo las carpas del olvido, no sabe que hacer, ni de donde sacar el alimento al amanecer para sus niños/as, ni cuando llega las 12 del mediodía. No hubo felicitaciones para ella. Hoy, como ayer, las mujeres del Ñacunday siguen esperando que llegue un día donde se las considere mujeres paraguayas. Hoy ellas son las extranjeras.

Escucha en la radio que la tratan de “invasora de las tierras de Favero”, la carpera, la que atropella la propiedad “privada” del Señor Feudal Favero y eso en este país es un crimen, se castigue con la cárcel, con imputaciones y desalojos. El cocido “negro” sin galleta, hoy es el único desayuno en el campamento de la ciudad de los carperos el Ñacunday.