POR EL NUEVO PARAGUAY Y NUESTROS MARTIRES QUE NO VUELVAN NUNCA MAS‏

Por nuestros mártires y si queremos un nuevo Paraguay que ya no vuelvan Nunca Más

Del libro LA GUERRA SUCIA DEL PARAGUAY de Marcos Ybáñez

 Paraguay sufrió una de las dictaduras militares más largas, sanguinarias y sangrientas de América Latina, la del Gral. Alfredo Stroesner, más de  35 años estuvo en el poder gobernando a sangre y fuego, de 1954 a 1989 más de 20.000 personas fueron víctimas directas de las graves violaciones a sus derechos humanos cometidos por el régimen militar, aunque si contamos entre victimas directas e indirectas (allegados y familiares) el número es mucho mayor alcanzando a 128.000 personas, 336 fueron desaparecidas y 3470 exiliadas. Como sistema político produjo miseria para la mayoría, atraso, éxodo masivo por las persecuciones y desempleo.

Cerca de un 10%  estuvieron presos bajo las botas militares en la Guardia de Seguridad (6%) y más del 3% en los cuarteles militares (según datos oficiales de la Comisión Verdad y Justicia de Paraguay de agosto de 2.008), pocos sobrevivieron a las persecuciones y cárceles para contar su historia, muchos murieron en las mazmorras torturados, desaparecidos, mutilados, locos o quedaron con secuelas irreversibles de un tiempo de represión, miedo y terror.

El 4 de mayo de 1954, Alfredo Stroessner, encabezó un golpe de Estado derrocando al presidente Federico Chávez, en agosto de 1954 fue elegido por la Junta de Gobierno para Presidente. Fue reelegido durante ocho periodos, en elecciones fraudulentas, siendo el único candidato: 1958, 1963, 1968, 1973, 1978, 1983 y en 1988. Durante su régimen fueron asesinadas entre 3.000 y 4.000 personas, debido a sus tácticas de mano dura contra la disidencia, en especial los comunistas, empleando la tortura, el secuestro, asesinatos políticos y el crecimiento de la corrupción. Fue uno de los dictadores partícipes de la Operación Cóndor, iniciado en la década del sesenta, producto de una especialización contrainsurgente conjunta en las academias militares norteamericanas. Esta especialización se enmarcó dentro de la «Doctrina de Seguridad Nacional», cuya esencia era la de lograr el «orden» en la sociedad civil y la eliminación física de los disidentes. Estas relaciones de militares paraguayos con sus similares uruguayos, argentinos, brasileños, chilenos, bolivianos y peruanos, tendrían sus frutos en los años de las dictaduras. En su accionar no establecieron diferencia entre la oposición. Estas acciones afectaron a ciudadanos de Argentina, España, Uruguay, Reino Unido, Alemania, Estados Unidos, Chile, Suiza y Francia, entre otros.

La lucha por la libertad se cobró la vida de miles de paraguayos, en cada tumba NN hay historias sepultadas en el olvido de una sociedad sin memoria, bajo la tierra herida de sangre inocente en un cementerio de sueños, de utopías les cavaron sus fosas los verdugos de la libertad.

No hubo flores en la despedida, la muerte de un luchador durante la dictadura era tan solitaria como la muerte misma, no hubo nadie que los llore,  los ejecutaban luego de un calvario como la del mismo cristo,  un NN moría sin rosas ni un adiós, sus matones decían que era solo un “comunista, un guerrillero, un agitador”, no tuvo derecho siquiera a una muerte digna por ser un guerrero de la vida y del amor. Los que luchando por la vida mueren vivirán por siempre, no hay balas que maten sus ideales,  ni cajones que sepulten sus sueños, ellos vivirán en la eternidad de las banderas de lucha que otros recogen para volver a izarlas.

Imagen de Stroessner que era un Dios para los militares. Su foto colgaban orgulloso en todas las Oficinas de los cuarteles y  entidades públicas.