TRAGEDIA DE GAZA: LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN SUGIEREN CREER QUE ES HUMANITARIO LAS DOSCIENTAS BOMBAS ATOMICAS DE ISRAEL
Gaza
Israel es el paÃs que jamás cumple las recomendaciones ni las resoluciones de las Naciones Unidas, el que nunca acata las sentencias de los tribunales internacionales, el que se burla de las leyes internacionales, y es también el único paÃs que ha legalizado la tortura de prisioneros. ¿Quién le regaló el derecho de negar todos los derechos? ¿De dónde viene la impunidad con que Israel está ejecutando la matanza de Gaza?
El gobierno español no hubiera podido bombardear impunemente al PaÃs Vasco para acabar con ETA, ni el gobierno británico hubiera podido arrasar Irlanda para liquidar a IRA. ¿Acaso la tragedia del Holocausto implica una póliza de eterna impunidad? ¿O esa luz verde proviene de la potencia mandamás que tiene en Israel al más incondicional de sus vasallos?
El ejército israelÃ, el más moderno y sofisticado del mundo, sabe a quién mata. No mata por error. Mata por horror. Las vÃctimas civiles se llaman daños colaterales, según el diccionario de otras guerras imperiales. En Gaza, de cada diez daños colaterales, tres son niños. Y suman miles los mutilados, vÃctimas de la tecnologÃa del descuartizamiento humano, que la industria militar está ensayando exitosamente en esta operación de limpieza étnica.
Y como siempre, siempre lo mismo: en Gaza, cien a uno. Por cada cien palestinos muertos, un israelÃ.
Gente peligrosa, advierte el otro bombardeo, a cargo de los medios masivos de manipulación, que nos invitan a creer que una vida israelà vale tanto como cien vidas palestinas. Y esos medios también nos invitan a creer que son humanitarias las doscientas bombas atómicas de Israel, y que una potencia nuclear llamada Irán fue la que aniquiló Hiroshima y Nagasaki.
La llamada comunidad internacional, ¿existe? ¿Es algo más que un club de mercaderes, banqueros y guerreros? ¿Es algo más que el nombre artÃstico que los Estados Unidos se ponen cuando hacen teatro?
Ante la tragedia de Gaza, la hipocresÃa mundial se luce una vez más. Como siempre, la indiferencia, los discursos vacÃos, las declaraciones huecas, las declamaciones altisonantes, las posturas ambiguas, rinden tributo a la sagrada impunidad. Ante la tragedia de Gaza, los paÃses árabes se lavan las manos. Como siempre. Y como siempre, los paÃses europeos se frotan las manos.
La vieja Europa, tan capaz de belleza y de perversidad, derrama alguna que otra lágrima mientras secretamente celebra esta jugada maestra. Porque la cacerÃa de judÃos fue siempre una costumbre europea, pero desde hace medio siglo esa deuda histórica está siendo cobrada a los palestinos, que también son semitas y que nunca fueron, ni son, antisemitas. Ellos están pagando, en sangre contante y sonante, una cuenta ajena.
Por: Eduardo Galeano
(Este artÃculo está dedicado a mis amigos judÃos asesinados por las dictaduras latinoamericanas que Israel asesoró.)