OPINIÓN: Paraguay, camino de libertad
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Por Juan Fernando Kurz / Observador de la realidad
”Si los restos de mis ejércitos me han seguido hasta este final momento, es porque sabían que Yo, su jefe, sucumbiría con el último de ellos en este mi último campo de batalla.
El vencedor no es el que queda con vida en el campo de batalla, sino el que muere por una causa bella.”
Mcal. Francisco Solano López Carrillo
El pueblo paraguayo todavía confía en el Estado del pasado, de Francia, de los López. Por esta razón avanza hacia el futuro con el pensamiento anclado en el pasado, buscando la seguridad en algo que ya no existe, que fue destruido, para que hoy en lugar de paraguayos orgullosos de su pasado, sean parias en su propia tierra.
Los campesinos y empleados trabajadores no tienen un día de descanso, buscando alternativas para la sobrevivencia y el logro de una vida mejor. Porque los campesinos no se resignan a que con leyes torcidas, con banderas confusas, con razones sin razón, les quiten sus tierras y los expulsen de ellas; no se resignan a que envenenen sus aguas, destruyan sus bosques, los bancos le saquen su tierras, a que la ley se use contra ellos, maten a sus líderes y organizadores y a que criminalicen la lucha obrera y campesina y a su líderes.
El 1° de abril del 2016 se inició por parte de los cooperativistas y campesinos una nueva acción pública, pacífica, legítima, legal, de peticionar a las autoridades; porque no entienden que tengan que perder sus tierras cuando una mala asesoría del gobierno los condujo a ello, porque no pueden entender por qué para los transportistas hay condonación y subsidios, para los sojeros subsidios y aporte para paliar una mala cosecha, mientras a ellos se les quita la tierra. Por qué no se les condona la deuda y se les subsidia los nuevos procesos productivos, porqué se les tiene que quitar su tierra? Las respuestas son solo argumentaciones que surgen del pensamiento de derecha que sirven para beneficiar a empresarios y perjudicar a los campesinos, haciendo crecer los beneficios de los bancos.
NO HAY PLATA, se les dice desde el Estado Privatizado que se niega al cobro de impuestos a la soja y la carne, y se desvían ingresos en las aduanas con subfacturaciones. NO HAY PLATA se les dice desde el Estado Privatizado mientras se malgasta y se roba dinero que aún no llego al país, se endeuda hasta a los nietos, en préstamos para obras que nadie ve. NO HAY PLATA se les dice desde el Estado Privatizado, mientras están robando la leche de los alumnos, los techos de las escuelas, los remedios de los hospitales y los funcionarios realizan, por dinero del Estado Privatizado, viajes dignos de faraones con amigas a quienes conquistan solo con dinero, ya que sin él estarían solos. Roban a cara descubierta, sin que la Fiscalía se dé por enterada, ni el Defensor del Pueblo exista.
La trágica alianza, entendible históricamente, entre las corporaciones y el Estado privatizado son la garantía que exige el capitalismo de sus estados periféricos, aquí se cumplen las instrucciones, para eso gobiernan el propietario y los gerentes, y el pueblo paga, arrinconado en la marginalidad, la ignorancia y la pobreza.
Pero nadie se rinde, nadie deja caer las banderas, nadie calla; con la tenacidad de un pueblo que sobrevivió 2 guerras internacionales, una guerra civil de envergadura inimaginable y una dictadura de 35 años, el pueblo paraguayo se abre camino hacia su fututo de grandeza, de libertades públicas reales, de seguridad ciudadana, de mejor alimentación, de viviendas dignas, de educación para la libertad, el desarrollo y la integración, hacia un medio ambiente no atenazado por las multinacionales. Como parte de ese caminar vienen a Asunción a hacerse escuchar.
A esa Asunción donde los asuncenos, con 50.000 inundados (que viven como si fuera en los campos de refugiados de Syria), no pierden el sueño, no se les quita el hambre y siguen divirtiéndose y discutiendo sobre el sexo de los ángeles.
Ohh!! los asuncenos y el millón de otros habitantes y vehículos que circulan por Asunción a diario, donde los ciudadanos desarrollan su vida de tranquila agitación, que les sirve como droga para calmar y adormecer la realidad de su propia explotación, y para que no les duela ignorar el dolor de tierra adentro y de las zonas de pobreza que rodean a la capital y a las ciudades del Departamento Central.
Los “haraganes” han invadido Asunción Pero vinieron “los haraganes” por miles, tomaron la plaza, caminaron por sus calles y entre sus autos, por las veredas, las esquinas, miles y miles de personas extrañas, con vestimentas extrañas, con conducta extraña, que molestaban, “amenazaban”, cruzaban entre los vehículos, tenían palos, vestían mal, llenos de hijos y tenían matulas.
No podrían comprar una mochila como la gente? Serán paraguayos?, no habrá criminales de otro país entre ellos?, no serán del EPP, no van a salir a la noche por las calles en grupo a amenazar la seguridad ciudadana?, será que están borrachos? o drogados?
Vienen a dar un golpe de Estado? Están en Asunción para desestabilizar al gobierno, no es una manifestación auténtica, están pagados. Por las dudas, policías de civil entre ellos, uniformados a la vista y francotiradores en los techos.
No solo son “haraganes” son también “irresponsables” e “irrespetuosos”. Por qué no se apuran, voy a llegar tarde al trabajo – ellos no tienen trabajo. Me van a hacer llegar tarde al colegio de mi hijo – sus hijos no van a colegios. Tengo que llegar rápido a mi consulta con el médico – ellos no tienen médicos. Tengo que llegar a casa – ellos no tienen casas. Tengo que llegar al banco antes de que se cierre – ellos si conocen bancos, que quieren sus tierras para cobrar sus deudas.
Los ciudadanos, adiestrados en la indiferencia, no les tocan las bocinas dándoles ánimo en su lucha, los ciudadanos protestan, pero no por el dolor de campesinos, cañeros, estudiantes, frentistas del metrobus, cooperativistas, estudiantes, alumnos de escuelas caídas y muchos otros que hicieron converger sus protestas en estas marchas.
Los ciudadanos protestan contra ellos, contra los “haraganes, irresponsables e irrespetuosos”, LOS CIUDADANOS PROTESTAN CONTRA EL PUEBLO QUE PROTESTA, mientras cierran las ventanillas polarizadas para que no entre el olor a pobreza y el calor al cubículo del auto.
Estos ciudadanos, que no son todos, al protestar contra el pueblo que está agitado, lo que hacen es apoyar al Estado Privatizado, al gobierno de las corporaciones y del neoliberalismo, al gobierno de las empresas privadas, nuevos señores feudales del Paraguay.
Los que se concentran y marchan son paraguayos que no tienen casi nada de bienes materiales, tienen su fuerza de trabajo y alguna tierra, la Constitución Nacional les da derechos del mismo nivel que los que exigen su derecho a transitar, pero de diferente nivel ético. No es lo mismo el derecho a la vida, que el derecho a mover tu auto.
Los manifestantes tienen el derecho a defender sus derechos y es absolutamente reaccionario, antidemocrático e inhumano pretender que una acción que dificulta pero no impide el tránsito, se convierta en un delito que debe ser punido o reprimido. El derecho a la vida de los manifestantes les otorga derecho a molestar, para llamar la atención de un gobierno insensible, para poner en evidencia los argumentos de la corporación de la derecha empresarial y poner sus miserias frente a los ojos de los que lo tienen todo y que con los cerebros lavados por los medios de comunicación y la propaganda estupidizantemente consumista se transforman en seres incapaces de sentimientos altruistas.
Hay personas que trabajan por el Paraguay, su gente, su tierra, su medio ambiente y en la misma medida hay truhanes, mentirosos, aprovechadores y deshonestos que dicen trabajar por la riqueza del Paraguay mientras destruyen sus bosques, envenenan sus suelos y se enriquecen con la pobreza del pueblo al que saquean sus riquezas.
Ser criminales ambientales en Paraguay, los convierte en personas que atentan contra el equilibrio de todo el planeta, y no pueden trabajar por un Paraguay mejor, ya que no tienen capacidad de amar ni siquiera al mundo que será de sus nietos. Los capitalistas solo aman la riqueza.
El pueblo hoy movilizado ya no cree en falsas promesas ni dilaciones, ya no detendrá su avance hacia días mejores, por ello, pese a todo lo que se le opone, sigue y seguirá marchando hacia aquel pasado de grandeza. En esta marcha cada vez más numerosa, cada vez más abarcante, cada vez más lúcida, se irá construyendo el pensamiento exacto y la propuesta correcta que encontrará la organizacion que harán presente el pasado de grandeza y generará las fuerzas necesarias para que ese pasado/presente se haga realidad hoy.
El cambio tardará todavía porque:
a.- se debe concretar la unidad de los que buscan y proponen un Paraguay mejor, en contra de aquellos que declaman su patriotismo.
b.- se debe recuperar la confianza y solidaridad nacional e internacional que el capitalismo viene destruyendo desde 1870,
c.- se debe aprender que la pobreza, el hambre y la ignorancia no tienen banderas ni colores, hay un sistema que los construye, por lo que hay que continuar con las movilizaciones y las luchas para desmontar este sistema de explotación y exclusión.
d.- se debe asumir el compromiso que de aquí a 30 meses no haya ningún campesino, miembro de sindicato o trabajador que no sepa leer y escribir. Tal vez para eso haya que reeditar el SEU Servicio de Extensión Universitaria, y en unidad de acción campesinos, obreros y estudiantes sean educadores y educandos hasta realizar algo que el Ministerio de Educación y este Estado no harán jamás, terminar con el analfabetismo.
e.- se debe llevar a la organización nacional, que ya nació, a que sea grande, fuerte en su forma y en su contenido, honesta, patriota, que plantee el modelo que se quiere y conviene; que tenga la fuerza para vencer a los modelos que se encuentran en contradicción con el campo.
El modelo patriótico de LA ECONOMIA FAMILIAR CAMPESINA que traerá trabajo, comida y desarrollo genuino, dentro de la soberanía alimentaria contra el MODELO CAPITALISTA DEL AGRONEGOCIO DESCONTROLADO que profundizará y llevará a la gente a más miseria, más desamparo, más desocupación y a la desertificación de las tierras.
Más temprano que tarde estas 2 grandes fuerzas extrapartidarias pujarán por el poder en el Paraguay, una para producir transformaciones necesarias para el bienestar del pueblo y otra para que todo siga igual.
Para que la primera fuerza que ya nació se consolide, triunfe electoralmente y pueda llevar adelante las transformaciones, es necesario un gran trabajo político nacional, unitario, puerta por puerta, casa por casa, rancho por rancho, chacra por chacra, asentamiento por asentamiento, ocupación por ocupación, mente por mente, para expurgar el pensamiento servil y de autodesprecio que los colorados a través del stronismo trasmitieron al pueblo, con adoraciones a líderes o valorización del dinero de la corrupción, con puestos prebendarios en el Estado Privatizado o con componendas con empresas privadas, cortesanas del poder, haciendo de la corrupción, la impunidad y la complicidad una forma de vida y funcionamiento al cual llamaron democracia.
Para que la primera fuerza que ya nació pueda ensanchar los horizontes de los compatriotas, mostrándoles que votar un color no los lleva adelante, ni mejora su condición de vida, ni la de sus hijos, para liberarle de sus miedos y permitirles enfrentar el futuro con coraje y alegría, para permitirles hacer frente, con posibilidades de éxito, a las fuerzas corporativas, dueñas del dinero, de los medios de comunicación y de los medios de producción, de las empresas, de las fábricas, de los puestos en el Estado, los cargos públicos, los bancos y financieras y muchos otros espacios; hay un comprometido trabajo político que realizar.
Los que se aprovechan del Paraguay son muchos menos en número que el pueblo que quiere vivir mejor, pero con su dinero compran conciencias, con los medios de comunicación engañan y promueven apoyo a sus ideas, con los empleos públicos compran lealtades, logrando algo contrario a la lucha del pueblo, que los pobres y explotados voten y apoyen a sus verdugos.
Los que se aprovechan del Paraguay y su gente PUEDEN SER DERROTADOS.
Las corporaciones de las empresas privadas y el Estado Privatizado, recibirán una primera derrota cuando el Estado paraguayo, hoy privatizado, vuelva a ser público y cuando lo público y el pueblo vuelvan a estar en el centro y sean la razón de su existencia.
Recibirán la segunda y definitiva derrota cuando un tsunami electoral libertario los venza pese a su dinero, sus ambiciones, su falta de moral, sus mentiras, sus armas, sus soldados; y queden relegados al basurero de la historia. Cuando el pueblo conquiste el gobierno deberá ser inflexible en la lucha contra la corrupción propia y ajena, para lo cual un Poder Judicial independiente es absolutamente necesario.
Lo escrito ocurrirá más temprano que tarde, con seguridad antes de que el mundo se incendie por obra de las despiadadas máquinas productoras de basuras para el consumo que el capitalismo implementa. Paraguay resurgirá.
Fuerza a los compañeros en su lucha en la plaza, en las marchas y en las negociaciones y el reconocimiento a compañeros luchadores que desde las redes sociales y los medios de comunicación alternativos informan al país y al mundo lo que está ocurriendo en Paraguay.