OPINIÓN: Una fotografía de la desintegración liberal
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El mensaje de las sillas y la posición de los moqueteros constituyen las más claras imágenes de la situación al interior del Partido Liberal Radical Auténtico; lejos está de ser un partido con democracia interna y más lejos aun de ser una propuesta política que pueda producir cambios en nuestro país.
Algunos creen que ayer, con la Convención del PLRA, el problema político en nuestro país llegaba a su fin. Y no es así. Con solo mirar los resultados de los votos de los convencionales es posible concluir que la crisis del PLRA está formalizándose. Por lo menos se visualizan dos grandes corrientes. Esto siendo optimista. Pero escarbando con mayor rigurosidad se podrá observar varias corrientes internas que responden a varios liderazgos. Quizá una o dos corrientes estarían respondiendo a proyectos políticos diferentes tanto a la cúpula del directorio liberal como el otro grupo mayoritario liderado por la oposición al directorio presidido por Efraín Alegre.
Sin entrar en un análisis más profundo acerca de los posibles proyectos de país, observamos que las dos fuerzas contendientes en la Convención ayer no son diferentes; sólo tienen liderazgos con apellidos diferentes.
Con toda la propaganda y publicidad que la llamada “oposición” realizó, con la sumatoria de los aportes de otros partidos y alianzas, a los que se suman los medios de comunicación capitalinos, se esperaba una victoria contundente en las votaciones de los convencionales. Sin embargo, no fue así. Hay una diferencia importante, pero un resultado 60-40 en la correlación de fuerza no es grande.
Lo que hoy intenta colocar el discurso de “una mayoría aplastante y una gran derrota del sector Llanista” son los comentarios y opiniones de los dirigentes de otros partidos del mismo grupo, los periodistas de grandes medios de comunicación, los grupos de medios de comunicación y toda la fuerza motriz de la propaganda.
La enmienda
Supuestamente la “enmienda” para la “reelección” los divide. Sin embargo no es del todo cierto. Solo son banderas electorales, que porque estamos en tiempos de campaña electoral, se tienen estos posicionamientos diferentes en la cúpula del PLRA.
La supuesta “defensa inclaudicable de la Constitución Nacional” no es verdad. Es un discurso, una bandera, un slogan planteado por la cúpula liberal en alianza con otros partidos y grupo de medios de comunicación. Todo tiende a la candidatura de Efraín para el 2018. ¿Y está bien? El que las candidaturas tengan sus banderas o gritos de campaña, claro que está bien. Es normal. Lo que es cuestionable es la supuesta defensa “absoluta” de la Constitución, presentándose como los chicos buenos de la película, los únicos e impolutos. Tratan de hacer creer una falsa postura auto beatificándose. En otras palabras, utilizan y manipulan la Constitución Nacional.
Consulta a las bases
Insistiendo sobre el primer punto, el de la mayoría en las convenciones, hay otro aspecto que analizar. ¿Para que un convencional tome una postura en la Convención, qué proceso hubo? ¿Los convencionales consultaron al pueblo liberal, al distrito que representan? He aquí la otra gran duda. Hay una mayoría de casos confirmados que los convencionales votaron determinadas posturas sin consultar, sin representar realmente los intereses de los afiliados liberales. Y en una democracia, la falta de diálogo con los asociados es una falta grave.
¿Podrá cada convencional realizar reuniones en sus bases y decir a su gente que había votado por esta o tal propuesta, y argumentarla? No. No podrán, pues no han traído el mandato de las bases.
Los afiliados y afiliadas
¿Cuál es la intención y por dónde se está yendo mucha gente liberal? El triunfo en la Convención puede ser un gran engaño. Y si miramos dónde está el afiliado liberal, el pobre, el de clase media que no está en instituciones públicas y sin militar activamente, aquí nos encontraremos también con grandes sorpresas.
Muchos de los llamados “pueblo liberal” están activando en movimientos sociales, culturales, eclesiales o empresariales. La mayoría liberal es tan pobre como los afiliados a otras fuerzas políticas. Es inmensa la cantidad de liberales trabajando por candidaturas totalmente opuestas a las impuestas por el directorio. Y esto se da por varias razones, pero principalmente porque sus autoridades partidarias no tienen propuestas que puedan cambiar positivamente sus vidas. “Oho chi’îme lo mitâ”, es la respuesta más frecuente ante cualquier consulta acerca de su situación.
La crisis del partido liberal es grande, y será preocupante para sus dirigentes. Sin embargo, desde lo sociológico, desde la sociedad paraguaya, es importante que vaya despedazándose las “fuerzas graníticas” que son acaparadoras de riquezas y poder dejando al pueblo empobrecerse en su soledad y marginación.
El partido liberal y el colorado han sido las fuerzas políticas que siempre estuvieron implantados en el paraguayo y los que han construido un país desolado. Estas fuerzas políticas hoy están en proceso de desintegración y, por suerte, muchos de sus afiliados se encuentran liberándose de sus yugos.
Y las sillas?
Son las que más perdieron. Ese comportamiento violento demostrado en la Convención es la imagen, la fotografía exacta de cómo funciona la democracia interna, con violencias e imposiciones.
Estas señales y otras confirman las afirmaciones ciudadanas de que las dirigencias del PLRA son ultra conservadoras. No están para cambios. La lucha es por la mantención en el poder partidario o en algún espacio político dentro de la estructura del Estado. No busca ni propicia cambios. Y la actitud y el discurso conformista de supuesto “apego a la Constitución” son las grandes señales del conformismo liberal. Y así, en alianza con otros sectores conservadores han manejado el país. Nunca propusieron cambios hacia una mayor participación ciudadana.
¿Qué pasó con la enmienda constitucional? La enmienda se podía llevar adelante tres años después de la promulgación de la Constitución Nacional. O sea en 1995 ya se pudo haber realizado enmiendas. Y desde el 2002 ya se podía reformar la Constitución Nacional.
¿Se movilizaron para actualizar la Constitución Nacional para parar las tremendas deforestaciones en nuestro país? ¿Se movilizaron para garantizar la vida de la ciudadanía, ante tanta inseguridad? ¿Se movilizaron contra la violación de la Constitución por la producción industrializada de la pobreza y pobreza extrema en el país?
Entonces, el peligro no está en querer transformar el país desde la enmienda o reformas de la Constitución Nacional. El peligro está cuando se utilizan los espacios políticos y públicos para responder a los grandes poderes económicos y de medios de comunicación y, con engaños, buscar la manera de hacer que la gente quede quieta, inmóvil, sin ejercicios democráticos, y por sobre todo, empobrecida.
Sin senos no hay paraíso.. con sillas no hay democracia.
Por Oscar Rubén Cáceres Jiménez