Fraude, lucha y sangre en las calles hondureñas, e indiferencia de Almagro
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En un bochornoso espectáculo manchado de sangre , el Tribunal Supremo electoral de Honduras, dice que finalizó el escrutinio final de actas de las elecciones generales del pasado 26 de noviembre.
Como ya se perfilaba, el forzado escrutinio no podía tener otro desenlace que la fraudulenta victoria del Presidente Juan Orlando Hernández,
Que el fraude sea un rasgo regional típico de las dictaduras de derecha en América Latina, es harto sabido desde tiempo inmemorial. Pero lo vivido en el país centro americano, rebasa todo lo imaginable y al ser así, produce una conmoción social que puede tener consecuencias imprevisibles. Ello por las características del proceso electoral.
De haber tenido una clara victoria y tendencia ascendente al filo de la media noche de la jornada electoral, sobre aproximadamente más del 60% de los votos escrutados el candidato de la oposición Salvador Nasralla, ese Tribunal, después de interrumpir por dos casi 48 horas la expedición de los datos oficiales, logró como por arte de magia revertir la tendencia a favor del Hernández. No está demás hacer notar con todas las letras , que la reelección del Pdte. es de acuerdo a la Constitución vigente, ilegal. Y lo que es peor, que quienes lo apoyan, son los mismos que pergeñaron y ejecutaron el cruento golpe al legítimo Pdte. Manuel Zelaya en el año 2009, que fuera sacado de la cama en pijamas y a punta de fusiles, y expulsado del país.
Honduras como toda Centro América, es una factoría de las transnacionales extractivas norteamericanas, lo que hace que toda la ficción republicana no sea sino una burda arquitectura política diseñada en la potencia del norte. Todo el aparato del Estado , sus poderes , el órgano electoral, los órganos de seguridad etc , está controlado por la hegemonía norteamericana con la complicidad de la oligarquía local. Tanto es así que, de acuerdo a la consideración de varios analistas de renombre, la misma caduca Constitución vigente habría sido redactada en el norte, y la versión original se realizó en inglés.
Por supuesto, cualquier intento por más mínimo que sea de romper el cerco de sometimiento, tenía que ser mal visto por la estructura de poder.
El gran “pecado” de Zelaya, un Presidente que ni siquiera era de izquierda para padecer el golpe,, fue el intento de acercarse al ALBA y realizar una consulta popular para abrir las posibilidades de lograr la figura de la reelección en su país.
Ese golpe fue el primer capítulo de una historia de lucha de un pueblo que está harto de un sistema de sometimiento signado por la postergación y la miseria popular. El segundo capítulo, fue el fraude que en el 2013 le hicieran a Xiomara Castro , cuando fue candidata a Presidenta de la Nación. Y ahora estamos asistiendo al tercero de esta amarga historia.
Pero la historia no transcurre en vano. Está claro que aquel golpe del 2009, fue una chispa que prendió la conciencia ciudadana y que hoy da muestras de que está dispuesta a luchar . Apenas confirmado el fraude con el anuncio del Tribunal electoral, el pueblo salió a las calles, recibiendo como respuesta por parte del régimen, una sangrienta represión que a la fecha tiene como saldo de acuerdo a los reportes de prensa, 8 muertos y cientos de heridos.
Lo que completa el bochorno, es la actitud del Secretario General de la OEA, Luis Almagro, quien tanto celo y obsesión demuestra por los derechos humanos cuando se trata de Venezuela, pero ante estos sangrientos episodios que vive el pueblo hondureño, como se dice vulgarmente, ni mu. Silencio total y cómplice. La actitud no es sino una confirmación más de que la OEA, como lo fue desde su nacimiento, es un instrumento de la hegemonía norteamericana en la región.
Pero está visto que , si bien los golpes no dejan de ser un mecanismo estratégico imperial y las oligarquías locales, para el caso de Honduras, las perspectivas son insospechadas. Ello porque sin lugar a dudas, ahora hay un pueblo consciente que está dispuesto a luchar por preservar su voluntad y soberanía. Y a lo mejor esta batalla gana la reacción , pero podemos afirmar con convicción que más temprano que tarde, la historia le dará la razón al heroico y sufrido pueblo hondureño.
Carlos Verón De Astrada.