Frente Guasu dice que Acuerdo Cartes – Macri, debe ser rechazado
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Mañana el Senado trata el documento que sería aprobado por el Cartismo y Añetete, de esa manera consumarían otro despojo más de la soberanía, en este caso la entrega de Yacyreta.
Al respecto la Concertación Frente Guasu a través del líder de bancada Senador Carlos Filizzola y el parlasuriano Ricardo Canese, en conferencia de prensa emitieron un pronunciamiento sobre el acuerdo, firmado el año pasado y que no pasó por el Congreso.
Señalan que, el acuerdo Cartes-Macri sobre Yacyretá representa una entrega de nuestra soberanía y debe ser rechazado. Horacio Cartes ha remitido el Acuerdo que firmó con Mauricio Macri sobre Yacyretá y Añacuá bajo la modalidad de nota reversal. Dicho acuerdo constituye una entrega de la soberanía hidroeléctrica nacional, con pérdidas de miles de millones de dólares.
Es imprescindible, por ello, el firme rechazo a este nuevo intento de despojar al Paraguay de su riqueza más importante. El Acuerdo Cartes – Macri busca, al mismo tiempo que niega la soberanía hidroeléctrica, legalizar la licitación de la central hidroeléctrica del Añacuá, acto enteramente ilegal dado que en dicho punto el tratado, en su Anexo B, prevé tan sólo un vertedero y no una central hidroeléctrica.
Además, quien necesita con urgencia más energía hidroeléctrica es la Argentina y no el Paraguay, por lo que, como Política de Estado, debemos oponernos a entregar más energía hidroeléctrica a la Argentina hasta tanto no se restituya plenamente la soberanía hidroeléctrica en Yacyreta, como reclama el pueblo paraguayo.
¿Cuáles son los aspectos de la soberanía hidroeléctrica no contemplados, o transgredidos, por el Acuerdo Macri – Cartes, hoy enviado como nota reversal?
En primer lugar, tal acuerdo no garantiza en ningún punto que el Paraguay podrá vender su energía libremente al precio de mercado, tanto a terceros países como al propio mercado argentino, como lo hacen Brasil, Bolivia –que está construyendo una costosa infraestructura al efecto justamente con la Argentina– y Uruguay, sin problema alguno.
Este “olvido” es aún más grave porque el mismo tratado de Yacyretá le asegura a la Argentina apenas el derecho de preferencia en la adquisición de la energía que el Paraguay no consuma, a lo cual la Argentina se ha resistido a cumplir reiteradas veces, como lo constatamos durante nuestro gobierno (2008 – 2012), cuando incluso hicimos una prueba técnica de exportación al Uruguay con total éxito, pero cuya comercialización fue impedida posteriormente con trabas arancelarias y para-arancelarias enteramente ilegales y escandalosas.
Con este precedente, aceptar la nota reversal de marras es aceptar la negación de nuestra soberanía hidroeléctrica, lo que es claramente traición a la Patria.
Hay que acotar que los precios de mercado en la región han estado en los últimos años en torno a 100 dólares por MWh, por lo que el excedente paraguayo, de unos 10 millones de MWh/año en Yacyretá, implica un beneficio como mínimo de 500 millones US$/año, a precio de mercado, y no los mucho menos de 100 millones US$/año de compensación que debe pagar la Argentina y que, además, nunca nos ha pagado.
En el Acuerdo, su pago se establece diferido en largas y cómodos cuotas. En 30 años, estamos hablando de por lo menos 12.000 millones US$ que serán negados al Tesoro Nacional por el Acuerdo Cartes -Macri.
En segundo lugar, el Acuerdo Macri – Cartes reconoce una deuda de Yacyretá de 4.000 millones US$, cuya responsabilidad es exclusivamente de la República Argentina, pues los atrasos por indefinición de la traza (1974 – 1979), de las obras principales (1980 – 1982) y de financiamiento incumplido de las obras complementarias que impidió la operación plena a cota definitiva (1997 – 2011), por un total de 21 años como mínimo, son de exclusiva responsabilidad argentina, según documentos oficiales de la propia EBY, y a tal país es a quien le corresponde honrar la deuda que dejó impaga por su propia responsabilidad.
En tercer lugar, quedan obras aberrantemente inconclusas, como el caso del Ferrocarril Central Carlos A. López (FCCAL), inundado por el embalse de Yacyretá en 1994 y sin que hasta hoy se haya resarcido en nada al Estado Paraguayo, su propietario, por los daños, perjuicios y lucro cesante, e incluso a la Nación Paraguaya, que perdió un acceso al mar mucho más económico que el carretero.
Lo que es peor, la ferrovía no fue repuesta y el ferrocarril no se sabe cuándo volverá a funcionar, como es obligación de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), hecho que es abiertamente ignorado por el Acuerdo Macri – Cartes. Lo mismo ocurre con comunidades indígenas desalojadas de sus tierras ancestrales y sin un tratamiento acorde, y de sectores sociales que hasta hoy reclaman sus derechos.
Por último, quedan muchos otros temas olvidados por el Acuerdo Cartes – Macri que por razones de espacio no los detallamos, como la necesidad de una cogestión plena y el inmediato pago de la compensación en razón del territorio inundado, y no diferido a largo plazo como lo plantea injustamente tal documento.
Aceptar el Acuerdo Macri – Cartes es traicionar la soberanía hidroeléctrica, sentando un nefasto precedente que sin lugar a dudas será utilizado en contra de los intereses del Paraguay en la negociación mucho más importante de Itaipú del año 2023. Todos y cada uno de los senadores tienen la obligación de decir NO al avasallamiento de la soberanía paraguaya y exigir, de esa forma, al nuevo gobierno, que negocie un nuevo acuerdo que reivindique la plena soberanía hidroeléctrica, el pago de cualquier deuda de Yacyretá a cargo de quien la ha causado –la Argentina– y el inmediato pago de un justo resarcimiento al FCCAL (hoy FEPASA), la reconstrucción de la vía ferrea inundada y el pleno atendimiento a las afectaciones provocadas por la EBY a indígenas y sectores sociales, hasta ahora ignoradas.